Javier Milei obliga al PRO y a la UCR a repensar el futuro de Juntos por el Cambio para el 2025
El Presidente espera sumar bancas en el Congreso el próximo año para avanzar con más medidas de gestión. Los radicales no pueden seguir perdiendo fuerza parlamentaria pero su máximo socio coquetea con una convergencia con La Libertad Avanza. El choque de estrategias que vuelve a surgir dentro del partido centenario.
“Estamos buscando candidatos”, bromean en la UCR. Pensar en las próximas elecciones legislativas en estos momentos puede resultar un tanto apresurado para algunos, pero es el propio Javier Milei el que acelera los tiempos. “Vamos a hacer una gran elección en el 2025″, pronosticó el Presidente en una de las últimas entrevistas que brindó, en referencia a las bancas que puede llegar a conquistar La Libertad Avanza. A su favor, en frente tiene a una oposición desorientada, con crisis de identidad y con fuertes disputas internas. En particular, lo que supo ser Juntos por el Cambio transita una paradoja: ya no funciona como coalición en el Congreso pero sigue viva a fuerza de la voluntad de los 10 gobernadores. En ese escenario, y pese a sus propias disputas, el radicalismo se siente más fortalecido: la Coalición Cívica dejó de ser su socio y el PRO coquetea con una convergencia con el oficialismo. El desafío del partido centenario hoy es terminar de definirse como oposición o como aliado del Gobierno.
Para el año que viene la UCR tiene algo muy en claro: “Juntos por el Cambio va a seguir existiendo pero a nivel provincial y municipal”, según develaron a Infobae. Saben que los armados locales son necesarios para mantener ciertos acuerdos como sucede, por ejemplo, en la Legislatura bonaerense. En ese territorio la coalición se mantiene en unidad - y votan en conjunto- pese a los enfrentamientos que encabezan sus referentes nacionales. De hecho, entre Martín Lousteau, Mauricio Macri y Maximiliano Ferraro, presidentes de la UCR, PRO y CC respectivamente, no hay diálogo ni relación. Se debe a que a nivel provincial el rival es el peronismo con Axel Kicillof y en lo nacional Milei, el líder libertario que mantiene a la oposición en jaque. Lo mismo se traslada al resto del país: tener al peronismo en frente los ordena.
Durante la campaña electoral del 2023, las demandas de muchos radicales era dejar de ser furgón de cola del PRO. Es que desde que nació Cambiemos, el partido centenario tuvo un papel secundario dentro de la coalición. Con la presidencia de Macri estuvieron relegados de las tomas de decisiones y en el año pasado no lograron hacer pie en el armado de las candidaturas presidenciales. Ahora, según analiza un sector de la UCR, el panorama cambió y es momento de acordar la estrategia que ya los posicione para la próxima batalla. Los correligionarios no pueden darse el gusto de dar otro paso en falso, el año pasado perdieron 6 bancas en el Senado y 12 en Diputados.
“Tenemos que mantenernos en el centro”, insisten en Evolución. La estrategia que Lousteau quiso (y quiere) llevar adelante desde que asumió la titularidad del Comité Nacional es ubicar a la UCR - con él a la cabeza- en frente de las ideas que impulsa Milei y dejar que los gobernadores radicales negocien con el Gobierno las herramientas que necesitan para sus territorios. La clásica técnica del policía bueno, policía malo. Sólo con su aliado Maximiliano Pullaro logra mantener esa dinámica, según pudo reconstruir este medio. El resto de los mandatarios provinciales del partido centenario se resisten al liderazgo del ex ministro de Economía de Cristina Kirchner. El propio Rodrigo de Loredo - ex socio del economista- se desmarcó: ganó la pulseada por la presidencia del bloque en Diputados con el apoyo de Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés y teje puentes con el oficialismo.
En el entorno de Lousteau se quejan: “Rodrigo se escapa constantemente”. El presidente de la bancada de la UCR suma cada día más resistencia en la Cámara de Diputados. En Evolución reclaman la conformación de una mesa de diálogo que se componga con los jefes de bloque, los gobernadores, Lousteau y Emiliano Yacobitti. Allí creen que pueden acordar, por ejemplo, el apoyo a la nueva versión de la Ley Ómnibus a cambio del rechazo del DNU, al que califican como “inconstitucional”.
“Nosotros vamos a todas las convocatorias al diálogo”, responden desde Causa Federal, espacio que lideran los gobernadores enfrentados con el Comité Nacional. Pero, según advirtieron en diálogo con este medio, en todos los encuentros a los que asistieron le solicitaron a Lousteau que “deje de exacerbar” el discurso contra el Gobierno. “La narrativa que utilizó para rechazar el DNU en el Senado es la misma que usó después el kirchnerismo. Tiene un diagnóstico porteño que no representa al interior productivo”, reprochan.
Por estas horas, la UCR no termina de cerrar un acuerdo para la votación de la Ley Ómnibus. De mantenerse la tensión actual, se repetiría la votación de febrero para la nueva versión del proyecto de Milei: Evolución y el sector de Facundo Manes en contra y el resto a favor. “Nosotros queremos un radicalismo con propuestas y que colabore con el Gobierno para darle herramientas”, insisten en Mendoza. El principal rival que hoy tiene Lousteau en el partido es Alfredo Cornejo quien jugó para los halcones en la última elección y, desde entonces, insiste en la necesidad de mantener la unidad de Juntos por el Cambio. “Tenemos que sostener la alianza”, repite entre los suyos, sobre todo, al resto de los gobernadores de la coalición.
Para Causa Federal (ex Grupo Malbec) la sociedad con el PRO se debe mantener, incluso si Macri termina de cerrar la convergencia con Milei. “¿Eso concluye en una lista con el Gobierno en 2025? No lo sabemos”, deslizan como pregunta retórica. De lo que no tienen dudas en este sector de la UCR es que el partido no puede llegar a la próxima elección como fuerza única. “Vamos a sacar el 3% si vamos con la lista 3 de la UCR. ¿Quién se va a hacer cargo de eso”, advierten.
Por Diamela Rodriguez